Hasta hace unos años, ¿quién colecciona arte en Colombia?, no era una pregunta fácil de responder, pero, aún así, salían algunos nombres de referencia como el periodista y abogado Hernando Santos y el matrimonio de empresarios judíos Ganitsky Guberek, entre otros. La cosa se complicaba, aún mucho más, si la que se hacía era esta otra: ¿quién colecciona arte contemporáneo?.

Pues bien, desde el año 2004, con el surgimiento de la feria de arte contemporáneo ARTBO, que, a finales de mes, celebra su 12ª edición, el panorama ha cambiado bastante, haciendo que el coleccionismo de arte contemporáneo en el país se haya convertido en un fenómeno relevante en la escena pública, provocando con ello la transición hacia lo público de toda una nueva generación de coleccionistas, quienes, en principio, parecen no tener problema en mostrarse y reconocer dicha afición, según constata este nuevo informe de ARTEINFORMADO, el cual comparte ciertas tesis defendidas en sendos artículos sobre coleccionismo colombiano escritos en la revista Arcadia y el diario El País por el investigador y curador independiente colombiano Halim Badawi.

Antes se conocer a algunos de los más destacados coleccionistas del país, hay que decir, sin miedo a equivocarse, que entre las principales causas de esta nueva ola coleccionista, esta el favorable crecimiento económico, el aumento de la clase media y, como no, la mejora en las condiciones de seguridad del país.

Tema este último, de la máxima actualidad tras el reciente referéndum celebrado este pasado domingo sobre el Pacto de Paz ofrecido por el Gobierno de Juan Manuel Santos a las FARC, que ha sido desaprobado por el pueblo colombiano y deja una profunda división en el país y, lo que es peor, un clima de incertidumbre preocupante.

Como decimos ARTBO se ha convertido en el catalizador, por ello, no puede faltar en este informe la presencia de su actual directora María Paz Gaviria (Bogotá, 1983), que, además de convertirla en una de las ferias de referencia en la agenda regional e internacional, es una consumada coleccionista.

Como lo es también su padre, el ex-presidende del país, César Gaviria (Pereira, 1947), quien desde muy joven, ha desarrollado una pasión por coleccionar y que desde 2007 es co-propietario de la influyente galería Nueveochenta, en Bogotá, la cual cuenta en su nómina con destacados artistas nacionales y tiene entre sus clientes a algunos de los personajes más poderosos del ámbito nacional.

Otros de los influyentes coleccionistas del país que también han iniciado su transición hacia lo público, a través de otras iniciativas culturales o comerciales son: la venezolana nacionalizada colombiana Solita Mishaan, cuya Fundación MISOL para las artes, con sede en Bogotá, actúa como plataforma para la gestión de proyectos artísticos independientes; el antioqueño, afincado en Bogotá, José Darío Gutiérrez, creador de Proyecto Bachué, una plataforma de gestión enfocada en las artes plásticas y audiovisuales colombianas que cuenta con colección de arte, sello editorial y una galería; Mauricio Gómez Jaramillo, director de la galería Doce Cero Cero 12:00 (Bogotá), cuya colección comenzó siendo de arte moderno y hace más de una década que la viene enfocando en el arte contemporáneo; o Mario Scarpetta, empresario que apoya el espacio de producción y exhibición artística Lugar a Dudas, en Cali, impulsado por el reconocido artista colombiano Óscar Muñoz.

No faltan tampoco aquellos planteándose en un futuro abrir un museo de colección en el centro de Bogotá. Nos referimos a la coleccionista cartagenera Francia Escobar de Zárate, quien se ha convertido en una patrona de las artes y del Museo de Arte Moderno de Cartagena, gracias a su fundación Francia Field Collection.

Por otro lado, el coleccionista colombiano hace ya algún tiempo que ha entendido que la democratización del arte es fundamental para una buena salud cultural del país. Y una de las mejores maneras para incentivarla es perder el miedo a mostrar y compartir sus colecciones en público.

Ejemplos recientes son Rafael Londoño & Mauricio Torres, creadores de la Colección Maraloto (Bogotá), especializada en arte contemporáneo latinoamericano y dedicada a apoyar proyectos de creación, que ha sido expuesta en distintas sedes regionales del Banco de la República, desde 2011; o Alejandro Castaño, quien permite visitar su colección de arte todos los años durante ARTBO a aquellos interesados.

Tampoco parecen tener inconveniente alguno en que sus nombres figuren entre los prestadores de grandes muestras internacionales como es el caso del exitoso empresario hostelero Leo Katz con el reciente préstamo de una pieza de la afamada artista colombiana Doris Salcedo para su primera gran retrospectiva organizada por el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago, que también viajó al Guggenheim Nueva York y al PAMM - Pérez Art Museum Miami.

En otras ocasiones, su exposición pública se produce en forma de reconocimiento a su labor desde el exterior como a Katherine Bar-on, quien en la edición de ARCOmadrid 2015, con Colombia como país invitado, le fue entregado el Premio al Coleccionismo Privado de la Fundación ARCO (Madrid).

Pero, sin duda, lo mejor de todo es que el número de coleccionistas de arte en Colombia sigue en un imparable aumento con otros nombres algo menos públicos, pero no por ello de menor relevancia y que, junto a los ya citados,  les presentamos a continuación.