Comienza el anuncio de los artistas, proyectos y exposiciones que conformarán la próxima 33ª Bienal de São Paulo, que bajo el título "Affective Affinities", tendrá lugar del 7 de septiembre al 9 de diciembre, en el histórico Pavilhão Ciccillo Matarazzo.

Como no podía ser de otro modo, su curador general, el español Gabriel Pérez-Barreiro (A Coruña, 1970), es el encargado de romper el hielo anunciando los primeros 12 projectos individuales bajo su selección. Y es que, como ya se había adelantado, para la 33ª edición de la cita paulista Pérez-Barreiro se encargaría de seleccionar una serie de proyectos que se sumarían a las siete exposiciones colectivas bajo la curadoría de los siete artistas-curadores invitados: Alejandro Cesarco, Antonio Ballester Moreno, Claudia Fontes, Mamma Andersson, Sofia Borges, Waltercio Caldas,Wura-Natasha Ogunji.

En la primera avanzada de artistas, que supone la selección de Gabriel Pérez-Barreiro, se anuncian los proyectos encargados a ocho artistas -el argentino Alejandro Corujeira (Buenos Aires, 1961) y los brasileños Luiza Crosman (Rio de Janeiro, 1987), Nelson Felix (Rio de Janeiro, 1954), Tamar Guimarães (Belo Horizonte, 1967), Maria Laet (Rio de Janeiro, 1982), Denise Milan (São Paulo, 1954), Vânia Mignone (Campinas, 1967) y Bruno Moreschi (Maringá, 1982)-; una serie icónica del también brasileño Siron Franco (Goiás Velho, 1950); y, finalmente, los tributos póstumos a tres artistas: el guatemalteco Aníbal López (Ciudad de Guatemala, 1964 - 2014), también conocido como 'A-153167', el paraguayo Feliciano Centurión (San Ignacio, 1962 - Buenos Aires, 1996) y la brasileña Lúcia Nogueira (Goiânia, 1950 - Londres, 1998).

Política, sexualidad y género

Los artistas seleccionados para tributos póstumos representan aspectos importantes del arte de la década de 1990, un momento de transformación para América Latina. "Esta fue la primera generación latinoamericana en crear arte libre de la opresión de los regímenes totalitarios de las décadas anteriores", explica Pérez-Barreiro. Los artistas de esta generación ya no tenían que hacer obras codificadas u ocultas de la censura, y en su lugar ponían mayor énfasis en la expresión de la subjetividad como un acto profundamente político.

Según Pérez-Barreiro, el homenaje a estos tres artistas, con alrededor de 30 a 40 obras que destacan sus carreras, fue una manera de repensar los Núcleos Históricos de la Bienal de São Paulo, que fueron un rasgo característico de la Bienal hasta su 26ª edición (2004). "Quería artistas que fueran históricos, pero no necesariamente famosos, en otras palabras, que estos núcleos no eran solo una reiteración de nombres con los que ya estamos familiarizados. Los artistas honrados no son muy conocidos en América Latina, pero son exponentes importantes de su generación, por lo que llevarlos a la Bienal es una forma de rescatarlos de desaparecer de la historia del arte y mostrarlos a las nuevas generaciones", dice Pérez-Barreiro. Para el comisario, estas exposiciones también hacen una contribución significativa a la Fundação Bienal en términos de investigación, catalogación y recuperación de la producción de estos artistas.

Proyectos individuales

Los proyectos individuales de nueve artistas, de los cuales ocho fueron encargados especialmente, completan la selección de Pérez-Barreiro. Lo que los ocho artistas con proyectos encargados tienen en común es que su trabajo no encaja en una estructura temática. "Son obras complejas que funcionan individualmente y no necesitan un contexto adicional para que el espectador se relacione con ellas", explica Pérez-Barreiro.