Los artistas Elena Alonso (Madrid, 1981), Erick Beltrán (Ciudad de México, 1974), Mauro Cerqueira (Guimaraes, 1982), Irene de Andrés (Ibiza, 1986), Anna Dot (Vic, 1991), Núria Güell (Vidreres, 1981), Bouchra Khalili (Casablanca, 1975), Ella Littwitz (Haifa, 1982), Pol Merchan (Barcelona), Jordi Mitjà (Figueres, 1970), Itziar Okariz (San Sebastián, 1965) y Aimar Pérez Galí (Barcelona, 1982) son los 12 seleccionados para la 10ª Biennal de Arte Leandre Cristòfol que, hasta el 28 de enero, presenta una programación especial que se expande, por primera vez, desde su creación en 1997, más allá de los dos pisos del Centre d'Art la Panera (Lleida) -su organizador y sede desde 2006-, hasta la iglesia de Sant Martí y el Dipòsit del Pla de l'Aigua, y que coincide con el inicio de un proceso de renovación del fondo de la Panera y de redefinición del acontecimiento, a cuyo frente estuvo Glòria Picazo, directora/fundadora de la Panera de 2003 a 2015, y que, ahora, corre a cargo de una comisión formada por los críticos de arte Javier Hontoria, Oriol Fontdevila y Cèlia del Diego, directora de La Panera, quienes también son los comisarios de esta edición.

Y es que, como aclaran sus responsables, "se introducen algunos cambios en la Biennal que son lo bastante significativos como para prestarles atención, y que afectan tanto formatos con los que la Biennal se desarrolla como las acciones de interacción con la esfera pública o el proceso de adquisición".

Precisamente, una de las primeras tareas que ha afrontado la nueva comisión ha sido la actualización de los criterios con los que se seleccionan las obras susceptibles de ser adquiridas. 

Para ello, se seguirá "apostando por jóvenes creadores pero con una mirada que pasa a través del retrovisor y que plantea la recuperación de figuras del arte catalán y español que han tenido hasta ahora una escasa representación en las exposiciones de las sucesivas ediciones del acontecimiento".

En esta recuperación se insertan los proyectos del catalán Jordi Mitjà y de la vasca Itziar Okariz. Sobre ellos hablaremos más adelante.

Otro de los parámetros a revisar es el de los límites territoriales en los que el proyecto de La Panera busca tener representatividad. Así, en la presente edición, "se ha desbordado el criterio estatal con el que hasta ahora se ha articulado la iniciativa, para ampliar su alcance a países limítrofes del Estado español, como Portugal y Marruecos, a la vez que se ha empezado a trabajar en un concepto difuso de mediterraneidad y el sur de Europa", subrayan desde la Biennal, y precisan que "no se ha optado tanto por erigir unas nuevas fronteras territoriales, como por seguir el hilo que trazan los trabajos artísticos de nuestro entorno y los desafíos que estos comparten, tanto a nivel estético como político, con otros trabajos de diferentes latitudes".

©Ajuntament de Lleida

En esta línea de investigación y de reflexión para crear discursos políticos, económicos y culturales en la sociedad contemporánea encaja la inclusión del marroquí Bouchra Khalili, la israelí Ella Littwitz, el mexicano Erick Beltrán, el portugués Mauro Cerqueira y la catalana Núria Güell.

También, como reconocen los miembros de la comisión, "se ha aprovechado el marco de la 10ª Biennal para poner a prueba algunos límites del hecho de coleccionar por medio de prácticas que desafían abiertamente el acto de ser patrimonializadas, ya sea porque se basan en procesos eminentemente inmateriales o bien porque se trata de experiencias que retan la propia posibilidad de homogeneizarse como patrimonio".

La mejor manera de demostrarlo ha sido inaugurando el evento con la acción artística 'Sudando el discurso', del bailarín Aimar Pérez Galí, en el Teatre Municipal de l'Escorxador, quien volverá a este escenario, pocos días antes de la clausura, con "The Touching Community"; e, igualmente, incluyendo la intervención oral de la joven Anna Dot en La Panera.

Toda una declaración de intenciones de que en el futuro el arte inmaterial va a contar, y mucho, dentro de los propios procesos de coleccionismo de la Biennal.

©Ajuntament de Lleida

"Por otra parte, otro aspecto que se ha repensado es la exposición de la Biennal, que se ha concebido como un ágora con la que amplificar el debate con los públicos. La exposición, que desde el principio ocupa el eje de la Biennal, nos ha parecido una buena oportunidad para hacerlo posible y estimular, así, un debate en torno al coleccionismo de arte, un aspecto que los museos habitualmente protegen celosamente de la mirada del público", apuntan los miembros de la nueva comisión y del equipo comisarial.

De hecho, los días 24 y 25 de noviembre la biennal incluirá unas jornadas sobre coleccionismo público "La col·lecció incompleta", a cargo de Oriol Fontdevila y en coproducción con el Museu d'Art Jaume Morera, donde se encuentra depositada la colección municipal de Lleida.

En este marco renovador, en los próximos meses se llevarán a cabo diversas acciones. Entre ellas, un proyecto participativo, realizado desde el Servicio Educativo de La Panera, que tiene el doble objetivo de acercar los contenidos de las obras expuestas en la Bienal y de incorporar la voz del espectador en el discurso institucional.

Como decíamos la comienzo, la Biennal se expande a otros equipamientos del centro histórico de la ciudad. El Dipòsit del Pla de l'Aigua acoge una intervención específica de la madrileña Elena Alonso mientras que en la iglesia de Sant Martí se presenta una intervención de la artista ibicenca Irene de Andrés, quien es una de los artistas seleccionados por Alexandra Laudo para su ciclo expositivo en el Espai 13 de la Fundació Joan Miró (Barcelona) y cuyo proyecto "Especies Náufragas" se inaugura el próximo 22 de noviembre.

No es la única artista participante que cuenta con grandes proyectos este año, ya que de la performer vasca Itziar Okariz, actualmente con una gran exposición en el CA2M de Madrid, se puede ver su intervención sonora 'Diario de sueños', en La Panera, que como ha comentado su directora, Cèlia del Diego, en la Cadena Ser, encaja en una de las líneas de la bienal que es la de la acción y la performance.

Además, en la Panera, donde la Biennal ocupa sus dos pisos, también se puede ver un proyecto de Jordi Mitjà, quien, además, junto al diseñador gráfico Àlex Gifreu, ha presentado CRU50 -editado en colaboración con La Panera y con motivo de la bienal-, revisando el que posiblemente es el proyecto editorial de publicaciones de artista más importante de Cataluña y uno de los más importantes de España que se inició en el año 2000, ante la necesidad de los artistas de su generación de tener publicaciones de artista individuales, no colectivas como ya era muy habitual. En el espacio del Centro de Documentación se puede ver "CRU", una retrospectiva por las 49 ediciones.

Lo dicho, la Biennal d'Art Leandre Cristòfol cumple 10ª ediciones con ganas de dar un paso adelante y seguir explorando el ámbito artístico catalán y español.