Bosco Sodi (Ciudad de México, 1970), uno de los artistas mexicanos más cotizados de la actualidad y referente de la práctica artística contemporánea iberoamericana, ha presentado esta semana su primera exposición en Chile de la mano del Museo de Artes Visuales (MAVI). ''Del fuego: ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre'' es un proyecto site-specific concebido para el espacio chileno y que ha contado con la labor curatorial de Christian Viveros-Fauné. 

Siguiendo la tendencia de sus últimos trabajos, Sodi ha ideado una muestra que se basa en la relación entre el hombre y la naturaleza, poniendo el acento en la esencia y espiritualidad de los materiales orgánicos. En este caso, el mexicano se ha inspirado en la filosofía japonesa Wabi-Sabi –no es este el único contacto del artista con las corrientes asiáticas; en 2014 puso en marcha el proyecto Casa Wabi, que promueve proyectos sociales, culturales y artísticos-, que reivindica la autenticidad de la imperfección. Sodi muestra una instalación de gran tamaño compuesta por piedras volcánicas que se integran en la estructura del museo y dialogan con pinturas monumentales. Además, el artista expone algunos fragmentos de la acción ''Registro del muro'', realizada en septiembre de 2016 en Washington. 

La muestra de Sodi es, sin duda, el plato fuerte de una programación que cuenta con otras atractivas producciones. La fotografía y el videoarte adquieren protagonismo en las muestras que se inauguran en Centro Cultural Matucana 100, Galería Gabriela Mistral y el Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos.  

En el sector galerístico, la exposición más destacada puede verse en D21. A través de su Sala Dos/Project, la galería continúa el ciclo de arte emergente experimental que inició la desaparecida Metales Pesados Visual –que cerró sus puertas el pasado mes de enero-. Lo ha hecho de la mano de una de las artistas representadas por MPV, Isidora Bravo (Chile), a la que seguirá Sebastián Calfuqueo (Santiago, 1991).