Durante el desarrollo del I Encuentro de Creación fotográfica de Andalucía, se presenta, en la sede del Centro Andaluz de la Fotografía, la exposición “Un cierto panorama. Reciente fotografía de autor en Andalucía”, una variante de la presentada en Madrid en la sala Canal Isabel II durante los meses de mayo a julio pasados con el título: Un cierto panorama. Reciente fotografía de autor en España, comisariada por Jesús Micó y patrocinada por la Comunidad de Madrid en colaboración con Aecid.
La muestra, que ofrece una detallada visión panorámica de la reciente fotografía de España, fundamentalmente de carácter novel y centrada en nuestra Comunidad autónoma, contempla dos apartados específicos: el primero, con las obras en sala de 13 fotógrafos/as, y el segundo, la obra de 58 artistas, tanto andaluces como del resto de España, presentado en formato audiovisual con una proyección en el centro de la sala de la planta superior...del CAF, acompañada de una ambientación sonora que invade todo el espacio. Estas fórmulas expositivas (pared y audiovisual) son los formatos de presentación a los que, junto al fotolibro, aspiran la mayoría de fotógrafos y fotógrafas de hoy en día, y para los que conciben y realizan sus proyectos principalmente.
La muestra, pese a ser colectiva, no plantea una unidad temática, formal y/o conceptual sino que se ha pretendido, precisamente, lo contrario: una propuesta abierta, heterogénea, plural.
Artistas: Tiago Da Cruz, Alejandro De Dueñas, Alberto Franco, Antonio Gonzalez Caro, Javier Hirschfeld, Manuel Ibáñez, Mara León, Rafa Manzano, Mar Martín, Antonia Moreno, Miguel Ángel Moreno Carretero, Victoria Rodríguez Cruz, Pablo Vara.
Tiago da Cruz (Caldas de Rainha, 1976), fotógrafo portugués residiendo en Algeciras, nos presenta The dark ride, un oscuro trabajo de reportaje subjetivo o introspectivo, en parte ficcionado o escenificado pero siempre realizado bajo una cierta atmósfera de realidad posible, con unas connotaciones formales y semánticas que bien podríamos definir como precinematográficas.
Alejandro de Dueñas (Cádiz, 1987) nos presenta Mundo Finito, un diario personal realizado durante varios años con el que intenta reconstruir de forma muy abierta algunas escenas personales (recuerdos desenfocados) que le marcaron el final de su adolescencia, un periodo que no fue fácil en su vida y que ahora trata de revisar y entender mejor.
Alberto Franco (Cádiz, 1977) realiza una obra que, de partida, podría entenderse como de documentalismo estrictamente notarial del paisaje, pero sus proyectos plantean una reflexión crítica que va más allá. En Pabellón Deportivo Franco ha realizado (en la provincia donde reside, Guadalajara) un proyecto fotográfico de método y colección (con cierta actitud sistemática y de archivo). Y lo ha hecho registrando recintos deportivos que han sido abandonados y llevan años en desuso porque la población de las zonas rurales a las que pertenecían ha descendido tan considerablemente que estos campos de juego, pistas de tenis, de baloncesto y demás espacios para la práctica de la actividad física han dejado de tener sentido y función.
Antonio González Caro (Conil, 1984). En una línea muy equivalente al documentalismo subjetivo que emplean otros autores/as de esta muestra se desarrolla Hunting Shadows. El proyecto que les presentamos de González tiene una narrativa como de neorrealismo de posguerra y, por ello, presenta una dureza especialmente descarnada, visceral, parca, seca (en el sentido de flaca, como la figura de estos esbeltos galgos), severa, concreta, sintética (de síntesis). Y, además, en nuestro caso es ibérica (podría haber rémoras de Los Santos Inocentes de Delibes en partes de este trabajo).
Javier Hirschfeld (Málaga, 1979) se mueve en torno a una idea central, la inspección y el cuestionamiento de la Historia del Arte en base a las representaciones que dicho área de conocimiento (concebida -y dirigida- por una mirada de poder blanca, masculina, heterosexual y occidental) ha hecho de los otros (de la otredad). Unas representaciones que durante siglos se han caracterizado por la exclusión y marginación de los no dominantes. Es esa revisión crítica de la mirada al otro –de gran calado moral y de firmes valores- la que conduce a Hirschfeld a centrar su obra en la desigualdad nacida de la diferencia cultural, identitaria y de género. Inspirado en el argumentario ético de la pensadora india Gayatri Spivak. Se puede ver en nuestra sala su obra 11 ideal senegal.
Manuel Ibáñez (Jaén, 1963) es un autor que se ha introducido en la fotografía relativamente tarde (en 2013) pero los proyectos que ha realizado en tan breve espacio de tiempo y, sobre todo, sus claves de lenguaje, denotan una alta madurez visual. Cada fotografía de Ibáñez registra una situación de leve trascendencia o significado (no hay simbología excesiva) pero, por el contrario, el conjunto de todo el proyecto nos remite claramente a una visión identificable de Sevilla (que, como veremos, no será nada tópica). Nos referimos a su proyecto Cuatro estaciones, una ciudad realizado íntegramente en dicha capital y que hemos elegido para esta muestra.
Mara León (Sevilla, 1970) es una artista que a lo largo de su completa trayectoria ha trabajado de manera recurrente sobre el área temática y el concepto de cuerpo. En 2013 le diagnosticaron un cáncer que requirió duras sesiones de radioterapia y quimioterapia así como una mastectomía radical de la mama izquierda. Esa amputación completa del pecho iría seguida de posteriores tratamientos oncológicos durante dos años más. Finalizado el proceso se incluyó a León en una lista de espera para la reconstrucción mamaria cuya previsión sobrepasaba los dos años. Nuestra artista consideró totalmente inaceptable tan largo proceso para su total recuperación y decidió comenzar un proyecto de denuncia para reivindicar un acortamiento de los plazos de las listas de espera para la reconstrucción del pecho. El proyecto se titula 730 (que son el número de días que ella tenía que esperar).
Rafa Manzano (Almería, 1977) nos presenta il y avait un Jardin, un hermoso y sugerente trabajo de corte onírico y colorista pero de tono -narrativo- contenido, silencioso y pausado (las imágenes son como flashes mentales experimentados por el autor y revividos luego en fotografías). El trabajo versa sobre un imaginario mítico que Manzano ha decidido ofrecernos sobre su localidad natal. La obra discurre de una forma libre (son imágenes de ensoñación y, como tales, no están supeditadas al cerrado pragmatismo de lo real) pero está inspirada y -de alguna manera- rinde poético homenaje a una época de esplendor -pasado- de la ciudad, en concreto su época árabe (la califal y el Taifa).
Mar Martín (Granada, 1984 –reside en Berlín desde hace años-) es una autora que utiliza la fotografía de una manera casi documental –imágenes de una pureza visual muy literal, nítidas, sin intervención o con intervención no muy evidente- pero para recrear mundos inventados y escenificados que presentan un poder narrativo que podría entenderse como paracinematográfico (generando exquisitamente una ambientación con cierto tono científico, retrofuturista y atemporal). A.L.M.A. es un relato de guión abierto pero con una evidente ambientación en un mundo frío, tecnológico, del futuro pero sin referencias concretas de tiempo histórico ni de lugar, un mundo como postdistópico, un poco Orwelliano, con desajustes sociales, aislamiento, soledad, vacío existencial, incomunicación.
Antonia Moreno (Arcos de la Frontera, 1980) es una autora que utiliza muy bien la fotografía a manera de registro gráfico de un diario personal, pero, por otro lado, tiene una obra paralela sin relación con su biografía que es la que hemos elegido para esta ocasión. Nos referimos a su trabajo Ámbar, un proyecto que ya no es de diario personal sino que, por el contrario, está realizado, escenificado y ficcionado para la propia promoción profesional de Moreno. En ella el lenguaje empleado sigue siendo muy naturalista pero está mucho más medido estéticamente, Ámbar es una historia muy abierta, atemporal y situada en un contexto rural ibérico indefinido (los caballos dan esa clave) en el que el tiempo (como sucede con un fósil conservado en ámbar) parece haberse detenido para sus dos únicos protagonistas, dos jóvenes que aparecen como atrapados (como en un fósil, de nuevo) en un lugar y un tiempo que no es el que les corresponde.
Miguel Ángel Moreno Carretero (Córdoba, 1980) es un artista que trabaja de manera principal las ideas de paisaje, territorio e intervención. Su obra se diluye entre muy diferentes ámbitos que incluyen la fotografía documental, la escultura, la acción y la instalación. Su trabajo se titula Mecanismos inconscientes del horizonte y no es otra cosa que un extenso catálogo (estructurado en diferentes series) de las (pseudo)esculturas y objetos de reclamo publicitario (y de autoría desconocida, banal, anónima) que todos hemos visto en las lindes o cercanías de las carreteras - ya secundarias- españolas para llamar la atención del viajero hacia un negocio cercano, un restaurante, un hostal, un desguace de automóviles, un puticlub, etc.
Victoria Rodríguez Cruz (Sevilla, 1963) es una artista que nos presenta Familia, un trabajo personal, autobiográfico pero no literal, un proyecto que termina siendo algo así como un mapa gráfico de emociones (que nos resultan tan desdibujadas como hermosas) que gira en torno a la idea que le da título y, en cierta medida, a la idea de vínculo con el territorio. Nuestra autora retrata a sus parientes más cercanos (incluida su madre y sus tías) en una alberca construida con un fermentador de aceitunas (similares a los de su infancia, su familia es aceitunera).
Pablo Vara (Almería, 1984). En palabras del propio autor, Los Anatemas es <>. Todo el proyecto se desarrolla con claves de documentalismo notarial (lo cual no le exime de resultar a veces poético y nostálgico), con imágenes -por tanto- con una composición equilibrada y simétrica, en muchos casos de perspectiva visual contemplativa (realizadas con cámara de formato medio analógico), perfectamente descriptivas, armónicas, visualmente estables.
