Representar la figura humana ha sido, entre otras cosas y desde los orígenes más remotos, una estrategia para burlar la muerte. Esta representación simbólica no puede desvincularse del concepto que cada sociedad, a lo largo de la historia, ha elaborado en torno a sus propias concepciones del cuerpo. Muleiro no lo desconoce, se apropia de este ejercicio simbólico y lo amplía desbordando lo humano.
Tadeo colecciona amuletos de ciencia ficción, muñecos de la infancia, máscaras y objetos traídos de distintas partes de mundo. Escondidos, guardados o tan sólo expuestos a modo de museo personal o laboratorio chamánico, estos amuletos parecieran ser herramientas de un alquimista de la materia dispuestas para su uso mágico.
En sus esculturas totémicas y trajes para mudar cuerpos, Muleiro pareciera desandar y poner a andar nuevamente su investigaciones en torno a lo fantástico, lo mítico, y de manera transparente en torno a sus antepasados.
Estas puestas en escena, cargadas...de misterio, y presencias antropomorfas de sus figuras, nos propone descubrir los mitos y tiempos que esconde. Obras como “Papá y mamá, El Hijo, Los hermanos, El abuelo, El padre”, parecieran ser señales que Tadeo dispone en la representación de un mito que reactualiza su sentido a través su historia familiar.
Si las imágenes esconden un montaje de tiempos heterogéneos, discontinuos, y en muchas oportunidades suelen burlan la muerte, Tadeo Muleiro, como un continuista mítico, construye lugares y espacios donde habitar nuevas formas de y para el tiempo.
Entrada actualizada el el 19 jun de 2017
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