La leña del camino Se separan por montones Unas sirven para hacer santos Otras para carbones.

(Soleá de Utrera)

Cuando la galería Weber-Lutgen invitó al Archivo F.X. a enseñar sus trabajos en su espacio de Sevilla, también hizo notar lo raro que es ver estas producciones en su propia ciudad. Con cierta lógica se impuso la idea de mostrar algunas de las operaciones del Archivo F.X. que tienen como cuerpo y materia la propia ciudad de Sevilla puesto que no es casual esa relación, más bien su causa y efecto. Weber-Lutgen tiene su espacio, además, en el arrabal macareno, Moscú sevillano, como quieran llamar al barrio donde también tiene su sede el Archivo F.X.

Desde finales de los años 90 el Archivo F.X. viene trabajando en torno a ... las relaciones entre iconoclastia y movimiento radical moderno. La base para estas operaciones la constituye un vasto archivo de imágenes de la iconoclastia política antisacramental en España entre 1845 y 1945, imágenes que se ordenan bajo un índice crítico de términos que provienen de las construcciones visuales del amplio campo del proyecto moderno. Es decir, cristos decapitados, iglesias incendiadas y hostias profanadas bajo entradas como Acéphale, Anarquitectura o Art and Crafts. Un caso particular de funcionamiento: la fotografía de Serrano en la que un grupo de muchachos porta en procesión, sobre el puente de Triana, una imagen humeante, procedente del asalto e incendio de la iglesia de San José, prestos a arrojarlas al río y apagarla; esta misma imagen aparece bajo la entrada Pedro G. Romero, el artista que el 31 de marzo del 2000 hizo la primera presentación pública del Archivo F.X. en el seminario ¿Es el arte sólo cosa del pasado? que dirigía en la UIMP de Sevilla el profesor Nicolás Sánchez Durá. Este tipo de ejemplos son los que constituyen el caudal principal del Archivo F.X., su particular juego de lenguaje.

En efecto, el laboratorio en que se empezaron a tramar las operaciones lingüísticas del Archivo F.X. no es otro que Sevilla. En las paredes del Ovidio o en la taberna El Azahar de San Julián; recorriendo el antiguo mercadillo de la Alameda o en el Jueves; buscando en viejos locales de la C.N.T. o en encuestas en pos del rastro cantaor del Bizco Amate, así empezó la colección de imágenes que, a la postre, significaría la base de datos, la caja negra, el núcleo de una investigación, de un sistema de trabajo, algo que, sin estar del todo seguros, vino a ocupar el lugar, el centro poético, de presentaciones, enseñanzas y exposiciones que ocupaban el campo reservado al arte.

Además, estas operaciones son coherentes con la lógica de trabajo del Archivo F.X., situada siempre contra el 'aparato' Museo, dispositivo hegemónico en las artes plásticas y visuales desde mediados del siglo XIX. Recordemos que 'contra' no significa sólo oposición, también funciona en expresiones como 'contra la pared', es decir, pegado a ésta, poniendo todo el cuerpo en contacto con su piedra. Es en el estudio de proyectos como Mnemosyne de Aby Warburg, Passagen-Werk de Walter Benjamin o Documents de Georges Bataille y Carl Einstein que comienza a tomar forma la disposición y circulación de estas imágenes, que empieza a organizarse y a producirse como Archivo F.X. No es un trabajo especialmente radical y si tiene algo de experimento está ligado a la academia, al saber, a la enseñanza, por más que se tenga de maestro a Juan de Mairena.

En este punto, conviene aclarar que el trabajo del Archivo F.X. es sobre la iconoclastia, pero no iconoclasta, del mismo modo que se distingue, por ejemplo, al pediatra del pederasta. Quizás exageraba Paco Correal al situar la labor del Archivo F.X. en el lado 'capillita' de la Semana Santa sevillana. Es verdad que se trata de una experiencia clave para entender estos trabajos, pero más a la luz de El gran inquisidor de Dostoyevski que del lírico discurso del pregonero de turno. En los textos de Walter Benjamin encontramos que el aura 'desaparece' con la llegada de la fotografía y 'reaparece' con el cine. Y como demuestra la experiencia del cineasta José Val del Omar, es en los desfiles procesionales de las semanas santas populares del sur de España y sus liturgias donde se experimentan algunas de las certezas sobre la imagen a la que han llegado, igualmente, la antropología, la semiótica o la psicología, a saber: que la mayor potencia de una imagen la alcanza poco antes de su desaparición; que las imágenes cuando se expresan 'arden' mientras que en el museo se mantienen en un confort y una amabilidad 'líquidas'; en fin, que las imágenes aparecen, desaparecen y reaparecen, dentro de un programa necesario, casi biológico. Nosotros, desde el Archivo F.X., no tenemos la misma opinión de católicos convencidos como José Bergamín, Simone Weil o Johan Brouwer para los que, en 1936, quemar imágenes, iglesias y conventos era lo más cristiano, pero intentamos entender su lógica, su porqué.

Así, el bloque principal de trabajos que se muestran parte del Tesauro: Musèe Séville un conjunto de 77 fichas procedentes de distintos archivos relacionados tal y como han entrado en el índice del propio Archivo F.X. Entradas como Georges Bataille, Michel Leiris, La moneda viviente, Simone Weil, Dora Maar, Lord Auch o La condición obrera podrán verse en el espacio de la galería en una particular disposición, aunque también también puede consultarse su información a través de la página www.fxysudoble.com.

En el mismo sentido Documentos y materiales presenta en distintas vitrinas materiales documentales originales que son fuente del Archivo F.X., entre ellos, en número especial de la revista Frontières, Revue de Politue Extérieure dedidado a Espagne, Rempart de L'Occident, de julio de 1937; el libro 139 fotografías del movimiento nacional en Sevilla editado por Narciso Espinosa de los Monteros y Manuel Gómez Moreno el mismo 1936; o, la edición postal francesa Vierge de la Hiniesta aprés l'attentat de 1933. Especial atención tiene el desarrollo de la Entrada: Objeto soberano, a partir de los moldes de una desaparecida Santa Lucía en 1933, una especia de teatralización conceptista de las que presenta el Archivo F.X. cuando quiere subrayar alguna operación de sentido.

Junto a todo esto se presenta, también, el Boletín número 10. Documentos y materiales, producido por la galería Werner-Lutgen junto a L'iselp, una institución de Bruselas, Bélgica, que lo presenta en su proyecto 'Desplegar la historia. Archivos y arte contemporáneo' y el MIAM (Museo Internacional de Artes Modestas) de Sete, Francia, dentro del proyecto Fin de fiesta à Séville. Esta publicación viene siendo habitual en el Archivo F.X., en ella se recogen textos de trabajo, informaciones e imágenes que no han encontrado acomodo en otras publicaciones o que merecen rescatarse por su pertinencia. Son ejemplares de distribución gratuita que completan su lectura mediante internet, en edición bilingüe español-francés. En este caso, recoge contenidos coincidentes con algunas de las operaciones presentadas en la exposición, con textos de José Bergamín, Georges Bataille y Paul Claudel, un dossier sobre Imagen y Economía durante el conflicto iconoclasta bizantino, y noticias sobre las Entradas: Georges Bataille, La moneda viviente y Objeto Soberano.

Otros trabajos que se enseñan son: Los Músicos, uno de los primeros trabajos sobre iconoclastia de Pedro G. Romero, anterior al Archivo F.X., que se recupera ahora como subrayado y banda sonora de Musée Séville; Los Rompedores, a partir de una entrevista en video con el abogado que defendió a L.C.O., quién en 2010 atacó la imagen del Cristo del Gran Poder de Sevilla en su capilla de la Plaza de San Lorenzo; finalmente, Las Especulaciones, un trabajo que se produjo para la exposición en el Museo Picasso de Barcelona, a partir del aserto de Noam Chomsky, 'lo que se ve, se vende', es decir, todo aquello que es capaz de verse con claridad y definición puede ser objeto de compra y venta.