José Luis Corazón Ardura
“Expurgar” viene a ser en el lenguaje una suerte de llevar hacia afuera aquellos elementos que en el interior de un cuerpo están produciendo una intoxicación. Tomado como una metáfora, podemos estar ante una reflexión que Jorge García realiza, desde el seno de la sociedad contemporánea, como testigo de la situación de crisis actual. Elementos como la violencia o el retorno de un irracional desapego por el otro, aparecen en forma de duelo, manteniendo una doble lectura de aquellos términos que parecen configurar el sentido del arte dentro de la sociedad actual. Se trata de enfrentarse tanto al dolor, como a esa pasión por una cierta destrucción que caracteriza el presente, bajo la misma forma del enfrentamiento.
Elementos simbólicos que vienen a representar esa violencia oculta que no deja de ser también una oportunidad para replantear una serie escultórica donde la figura recobra un sentido dirigido a perfilar...y expulsar una arquitectura del presente basada en superar los diversos asedios a los que nos tienen acostumbrados desde los diferentes poderes fácticos. Se trata de ser conscientes de que la arquitectura no solo resguarda, sino que también sirve para atacar de una manera pasiva, mediante una elegante poética minimalista capaz de enfrentarse al dominio del miedo en el cual parece basarse buena parte de la política del presente.
Entender el arte como una purga, significa subvertir aquellos términos que llevaron a considerar la parte creativa como un simple dejarse llevar, a través de una danza que todo tiene que ver con la realidad que nos configura. En esa dirección, la arquitectura defensiva de Jorge García está en mostrar la realidad como un espejo donde ser conscientes de que, a pesar de una cierta agonía, no debemos perder aquellas formas que nos constituyen como sujetos políticos, deslizando el sentido de una comunidad por venir.
Entrada actualizada el el 20 dic de 2014
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