“Marce cuestiona los roles de dos figuras de autoridad en nuestra cultura: la Iglesia y el Ejército. Estas figuras no solamente se han establecido como compases de moralidad y fuentes de respeto y respetabilidad en nuestra sociedad; también son figuras de fundación a un nivel histórico nacional. Es importante destacar que el resultado no es sólo irreverencia, sino humanización. Al yuxtaponer una figura eclesiástica o marcial con elementos eróticos, el artista reconoce los impulsos naturales y sexuales debajo del hábito o del uniforme. La irreverencia es empatía. Marce se identifica con el conflicto de la sexualidad en una sociedad que reprime y hace tabú todo acto sexual, en particular aquellos que caen por fuera de lo heteronormativo y del sacramento del matrimonio..” Sandra Dinnendahl López