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En el camino sin retorno hacia el descubrimientos de nuevos lenguajes pictóricos, se observa una evolución continua en la obra de M.F. Cornejo, la construcción-deconstrucción del signo gráfico y pictórico aborda la reorganización del discurso formal compositivo, proponiendo líneas, planos y puntos como elementos emergente de otros cuadros anteriores, este lenguaje llega al dibujo arrebatada ya su cosificación por otros elementos gráficos de nuevo cuño, sobre la base textural de un primer dibujo formal.

Las imágenes aparecen desde un mundo subyacente en el cuadro, donde los restos de anteriores batallas surgen renovados para encarar otra imagen novedosa, con pinceladas bien trabajadas en valores, creadas con gamas elegantes de color, sabiendo conjugar notablemente, los acordes cromáticos para organizar el esquema-apariencia de la nueva composición.

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La lectura formal queda supeditada al elemento simbólico subyacente en los cuadros. La temática cobra protagonismo como reflejo de un mundo de ausencias o soledades individuales o de presencias de una muchedumbre de soledades compartidas.